sábado, 23 de enero de 2010

Gracias a vosotras, comemos

Paella, guisado de patatas, lentejas… Comida que muchos de nosotros comemos diariamente. Un plato caliente que nos llevábamos día tras día a la boca sin apreciar la importancia que tiene. Muchas personas no pueden comer por la ausencia de dinero. Y por ello, “Buñoleras sin Fronteras” se ha propuesto ayudar a toda aquella gente que no tienen recursos para comer. Son mujeres de entre 65 y 80 años que todos los días del año reparten raciones de comida para aquellos que más lo necesitan. La Asociación sobrevive gracias a la caridad de estas y muchas personas que se han unido a la causa. Reciben ayudas económicas tanto por parte de individuos como por entidades o empresas. Son un granito de colaboración que les permite comprar alimentos y cocinarlos en su local.


Todas y cada una de estas personas realiza su trabajo de manera desinteresa, solo reciben una sonrisa en la boca de aquella gente que acude a recoger su ración de comida. Sus problemas económicos no les permiten hacer frente a un gasto tan elevado como es adquirir comida. “Utilizan este dinero para pagar las hipotecas” afirma Reme Lloret, presidenta de la Asociación “Buñoleras sin fronteras”. Por ello, esta iniciativa ofrece a casi 400 familias gandienses el auxilio que necesitan puesto que se les reparten todos los alimentos necesarios para cubrir las necesidades diarias.

No se deben cumplir enormes requisitos, estar en el paro, ser ciudadanos de Gandía y poseer un certificado de convivencia. Por ello, cada día acuden más comensales a este comedor, comenzaron siendo 16 familias y ahora ya rondan las 400. Todo ello se debe al aumento de paro, pobreza y desespero social. Numeras personas que acuden a este establecimiento afirman haber buscado otro tipo de ayudas, institucionales sobretodo, pero al no conseguirlas la única solución era acudir a esta sala de comidas de Buñoleras sin Fronteras. A las cuales les agradecen diariamente la labor social tan importante que están realizando, “Gracias a vosotras comemos” afirma Jose Fernández, comensal de este comedor. La situación personal de cada uno de ellos era desesperante hasta que se formó este comedor el 7 de enero del pasado año. Hurgaban en los contenedores para encontrar algún desperdicio que se pareciera a comida. Ya no les servía pedir auxilio fuera de un supermercado ya que “la sociedad no está para regalar dinero” comenta Reme Lloret. Pero a pesar de ello, son muchas las personas que apoyan estas mujeres tanto aportando dinero como alimentos, sin su caridad esta iniciativa no hubiera sido posible.

Sin ayudas gubernamentales

Sin embargo, el Ayuntamiento de Gandia solo les ha donado el terreno y la construcción de un nuevo comedor. No les hace entrega de ningún tipo de ayuda económica ni mensual ni anual. No dicen lo mismo las notas de prensa que escribe el gabinete de comunicación del ayuntamiento “Se les hará entrega de 25.000 euros anuales”. Reme Lloret niega rotundamente que el gobierno gandiense se haya puesto en contacto con ellas para acordar una cifra, “simplemente no nos ayudan económicamente” La solidaridad en el ayuntamiento brilla por su ausencia, pero a pesar de ello el Alcalde de la ciudad afirma que “ninguna persona debe estar sin comer y gracias a la ayuda de Buñoleras sin Fronteras esto no volverá a ocurrir” Una gran contradicción si se piensa en la subvenciones económicas que aporta el gobierno de Gandia, ninguna.

Pero todo tiene solución, desde el momento de la creación de esta asociación la sociedad se ha volcado a ayudar a estas mujeres que están realizando una gran obra social. Reciben materias primas de supermercados, pequeños establecimientos… pero siempre de calidad. Ninguno de estos productos esta en mal estado o caducados. También existe una cuenta corriente en la que la gente ha invertido ciertas cantidades de dinero que se convertirán en una bendición para las personas más necesitadas. Esta asociación sobrevive de la caridad de las personas, sin ellas esta labor social ya se hubiera truncado hace mucho tiempo.

Alrededor de 30 mujeres son las encargadas de repartir las raciones de comida a todas las personas que soliciten estos alimentos. Se agrupan en pandillas de 6 mujeres las cuales acuden una vez a la semana a recoger los alimentos o comprar las materias primas, cocinar el plato del día, empaquetarlo en recipientes y posteriormente distribuirlo. Es un trabajo costoso pero todas ellas comentan que es muy gratificante. Ayudan a los más necesitados con aquello que producen ellas mismas y de una manera directa o indirecta siempre se lo agradecen. Son dignas de admiración ya que todas ellas superan los 65 años y realizan esta tarea en su tiempo de descanso, su jubilación. Gracias a ellas casi 400 familias tienen algo que llevarse a la boca diariamente. Si la sociedad al completo ayudara en esta iniciativa, la vida de las personas sin recursos mejoraría considerablemente.

1 comentario:

  1. Deuria haver més gent com les buñoleres,i persupost que deuríen rebre ajuda per part del govern,gràcies a elles hi ha moltes famílies sense recursos que poden menjar

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